Invisible.
Me abrazo. Me protejo de todo aquello que me lastima. Disfruto de las pequeñas cosas que me regala la cotidianeidad, y en ellas encuentro el norte para seguir. Mi alma enamorada sufre los embates del desamor, de su inobservancia. Invisible, transparente, empapada de mis propias lágrimas, demostrándole al mundo y su egoista sociedad que soy autosuficiente. Imperceptible batalla diaria contra la soledad y el silencio. Alguna vez , en medio de grandes desazones, a alguien le conteste que era como un payaso: me pintaba la cara y salía a escena. Y asi día a día, mes a mes, año a año. En medio de toda esta vorágine intespestuosa, mi memoria actúa como un cálido remanso, ofreciéndome momentos pasados de felicidad. Su piel de nácar, sus suaves manos y su calor son el "único recuerdo" donde mi espíritu se siente feliz. Entonces te vuelvo a vivenciar. Imponente y vivido recuerdo que completa todos mis espacios. Si lo supieras Amor, si lo supieras... Cada noche me abrazo a