Mi batalla.

 


Amanece.

Mi alma está adormecida, pero aún así sigue persistente, esperando que la vida la sorprenda.

Cada día es un peldaño hacia un futuro incierto, hacia un impredecible destinatario que aunque no tenga un rostro bien definido me quita el sueño.

Me visto de colores cada mañana y salgo al mundo.

Me dibujo sonrisas, me abrazo fuerte y continuo caminando.

Persisto, batallo, y me envuelvo en una armadura invisible de una autoestima que elaboro a diario.

Me sumerjo en un torbellino de actividades que enriquecen mi alma y mi corazón.

Pero a pesar de todo, no dejo de necesitar la dulzura de otro ser.

Aunque lo niegue, aunque le diga a todo el mundo que no lo necesito. Es una mentira.

Deseo ser amada, deseada.

Dios y el Universo sabrán por que todavía no aparece ese ser que se subyugue de mi presencia.

Ese ser que vea en mi una compañera de risas, momentos, atardeceres y amaneceres juntos .

Quiero que mi alma vibre en sintonía.

Necesito que mi piel se funda en otra piel.

Entonces, mientras tanto, continuo mi sendero a solas, sembrando flores, desterrando espinas, dibujando soles y sustanciando una esperanza que no está perdida.

                                       Sil 🌹

                             

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